
El entorno del Parque de la Reina Sofia, con su vegetación, animales (ardillas, pavos reales,...), con una sombra adecuada y una temperatura excelente dieron motivo para pasar un muy buen día compartiendo aficiones, devociones, encantos y todo lo que envuelve a un encuentro de este tipo.
Y acabó como es tradicional con el postre de la comida, buen trozo de sandia. Para muestra un bocado.
